La experiencia de hacer un voluntariado en lugares diferentes al que solemos vivir nos brinda la oportunidad de enfrentarnos con otras realidades de las cuales todos somos responsables. El intercambio y el aprendizaje que se logra a través de esta vivencia son enseñanzas únicas que duran para toda la vida.
El poder adentrarse a otras situaciones con el mayor de los respetos y con la voluntad de generar un vínculo con las beneficiarias y con la organización hacen que se dejen huellas en todos los involucrados.
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